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Mostrando las entradas de marzo, 2006

MI HIJO...

Mi hijo ha llegado a mi vida como si desde la estrella más lejana me estuviera viendo, se tomó la molestia de viajar muchos kilómetros, de alcanzarme en el sueño que de él siempre he tenido, de traer la alegría que no imaginé poseer. Miró a su padre y lo escogió para mí, para ser el dueño del apego, la ternura, la pasión que le profeso, le dijo a su espíritu que la mejor forma de quedarse conmigo en la eternidad era dejándolo en mi vientre... y así lo hizo... Lo encaminó a mi lecho, lo arrojó a mi tacto para inventarle letras sonámbulas, le murmuró que cada una de las noches que me pasé pensando en ÉL, pedía que su sangre se uniera a la mía, que su carne creciera dentro de mi cuerpo y que entre los dos formáramos lo que se llama “El milagro de la vida” y así de esta forma ÉL siguiera participando en los aplausos del amor incondicional... perpetuo... MI HIJO ME ACARICIA POR DENTRO... Mientras el destino me coloca tan cerca de ÉL que ni siquiera se da cuenta de que mis ojos recorren su a

Te quedaste sin mí...

Pudiera escribir que ahora me duele amarte, que la soledad en la que otras noches vivía ha desaparecido como por arte de magia, pudiera escribirte mil versos y que al final no leyeras ni una sola de las letras que inventé para ti... Pero mira cómo te quiero entonces, que el corazón se me bajó al vientre y ahora crece y se mueve tan hermoso por las noches que ni dormir puedo... mira cómo te he buscado otra vez entre las líneas de mis libros y de mis pinturas pero sigo sin hallarte... Sí, te extraño, desde hace más de mil noches, desde ése día en que te ví bien sin mí, mientras que nos distanciamos con estrellas y se desenvuelve la ilusión de tenerte para el resto de mi vida conmigo sin que lo sepas y cómo de igual forma desconoces todo lo que he pensado, que cuando el pedazo de luna que dejaste en mi cuerpo y yo nos vamos a dormir, le platico de ti, del maravilloso hombre que eres y le pedimos a los espíritus que nos acompañan durante ésas horas en que el sol duerme que te protejan, que