Parece increíble que haya pasado casi un año para que yo me volviera a aparecer en esta jaula de demonios, no sé por qué la abandoné tan así, tan de repente pero me siento bien de haber vuelto y como dice el título de estas letras ¿de nuevo yo?, no sé, creo que he cambiado poco pero que se refleja en un mucho, de cualquier forma por acá andamos, ojalá demonios quieran regresar...
Ayer después de tantos meses volví a verlo… no podía dejar de contemplarlo… su mirada tierna no dejaba de repasar en mí algún cambio que la maternidad hubiera dejado… yo sólo me resigné a pensar en este tiempo que se acaba y que inicia otra vez sólo con la intención de manipularnos las ideas… Ayer escuchaba salir música de su boca a la que besaba en sueños, miraba mover sus manos de hombre que tantas veces anhelé, y yo aunque nerviosa, mantuve arrinconado el ímpetu que me arrojó a sus brazos AYER… Ayer le dije que ya no creía en ÉL y respondió con la sencillez que disfraza su entelequia, que volviera a confiar en su persona, le dije con los ojos que lo amaba porque de mí no salieron palabras de amor ni de locura… Ayer fue un día increíble que matizó con un tierno beso de despedida mientras que yo atragantaba las ganas de abrazarlo otra vez… Todo esto sucedió AYER y fue verdad…
Y aunque salte de la tristeza que implica cumplir un año más, he permitido que la melancolía se adueñe de mí sin manejar situaciones infructuosas, sin ser yo alma tóxica que acabe con mi cuerpo al que de noche distingo, al que de día hago dormir. Cumplir un año más no sólo es acrecentar conocimientos sino entender menos lo que pasa cuando los segundos me marcan injuriadamente y que la vida es más que eso al reconocer que los errores son en contexto los que me hacen crecer sin tocar el cielo. He decido llevar mi vida por un rumbo al que sólo visitaba cada ocho días, me he dado cuenta de que prefiero tener la filosofía en la piel que la ropa que no me hará nadie si me la pongo y aunque quitándomela signifique otra cosa. Me han dicho que traigo arraigada la cultura de nuestros ancestros más que cualquier otra representación superflua y aunque sólo sé que la estirpe de la que provengo data del siglo XIX porque así lo marcan las actas de defunción de mis fantasmas que me increpan en cada a...
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